domingo, 22 de enero de 2012

Existe un canal para la música presentada en vivo en Colombia


Español
Después de muchos años escuchando, bailando y gozando la música en Colombia, he descubierto que es imposible agotarla o estar aburrido de ella.
Esta poderosa y revitalizante energía está engendrada por la sencillez del talento puro sumado a la profundidad de una cultura popular diversa e infinitamente generosa que aún permanece total o parcialmente desconocida para los estudios formales. Yo los invito a presenciar la magnífica explosión de esta colorida energía en su esencia más real: la propuesta artística en vivo. Gocemos y compartamos...
English
After many years of listening, dancing and enjoying music in Colombia, I found it impossible to exhaust it or be bored with it. This powerful and revitalizing energy is generated by the simplicity of honest talent combined with the relevant depth of popular culture, diverse and infinitely generous that remains partially or totally unknown to formal studies. I invite you to witness the magnificent colorful explosion of this energy in its real essence: the artistic proposal live. Lets enjoy and share ...
http://vimeo.com/channels/livemusicincolombia

sábado, 21 de enero de 2012

El audiovisual cultural: mirada de eventos y prácticas culturales en vivo


El cine y el video son algo maravilloso, como todas las artes visuales y sonoras.
Una cosa es la esencia de una forma y un contenido desarrollados sobre el hilo de una secuencia histórica de representación estética que siempre ha practicado el humano desde que es humano (estoy pensando en los dibujos encontrados sobre las paredes de las cavernas prehistóricas), y de eso nos hablan los críticos, estudiosos y curadores, y otra cosa es el por qué es tan popular esta forma de representación.

El cine nos ha entregado a los humanos una forma de vernos nosotros mismos, es decir un espejo en el sentido en el que lo pensaba Borges, un instrumento o ventana por el cual nos duplicamos hacia un mundo fantástico, que se origina en el referente real pero cuya imagen tiene muchas más posibilidades inmediatas y es verdaderamente asombrosa.
Estoy seguro que Borges en la oscuridad de la ceguera que lo iluminó en sus últimos años, pudo ver con claridad el cine digital y todas sus posibilidades modernas, así como también pudo ver la invasión global del internet que no alcanzó a conocer realmente. Para más señas por favor leer el cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius.

El cine entregó al hombre moderno, un espejo borgiano en el que ve su propia vida cotidiana, todo cuanto pasa en el mundo, todo lo que vivimos, expresamos, sentimos, pensamos, creemos, hacemos, aparentamos y somos, todo se ve en ese espejo: nuestros sueños son cinematográficos, cuando soñamos dormidos y cuando soñamos despiertos. Y nuestra memoria también es cinematográfica. El cine pudo cambiar interiormente al hombre, porque le enseñó una forma estupenda, nítida y editable para soñar, para imaginar y para recordar, por eso el cine es tan popular.

Gracias a la insistencia en un sueño, yo soy hoy en día, un coleccionista de imágenes y sonidos en movimiento y un realizador de audiovisuales.
Este oficio lo he condimentado con mi afición por el cine, el arte, la fotografía y la literatura y con mis estudios estéticos, pero sobre todo con mis búsquedas personales en algo que realmente me fascina: la música. Mi representación audiovisual favorita es la ejecución y acción musical en vivo. Yo capturo con mi lente estas acciones artísticas o actuaciones, los performances, las historias y los imaginarios propuestos con creatividad auténtica, con imágenes vivas y sonidos fascinantes, especialmente por los músicos de Colombia en vivo y en directo sobre un escenario y un público que no admiten repeticiones, ni cortes, ni montajes, ni ediciones, la cosa es así como la vida, lo que está pasando es lo que es y lo que ya pasó se fue. 

¿Cómo no adorar mi tierra y su cultura? Pues tengo la firme convicción de que solo a través del reconocimiento de identidad y la reivindicación cultural, lograremos un verdadero desarrollo y la tan mancillada y cacareada paz. Es un exabrupto tratar de separar el desarrollo de un país de la cultura del mismo, o por otra parte, es patético ver que nuestras entidades oficiales hacen un esfuerzo enorme para demostrar que el desarrollo y la cultura tienen algo que ver. Por ejemplo, anímense a leer el plan decenal de cultura de Bogotá 2012-2021. Lo cierto es que soy consciente de que una verdadera sociedad en paz se dedica a oficios civiles, no militares y por eso las artes son la esencia más básica de una sociedad civil que convive en paz.

El audiovisual también me da la posibilidad de acercarme a las personas que no son parte oficial de este país, es decir a la gente que está en la parte más baja de la escala social establecida, soportando todos los desprecios y la indiferencia de los estamentos oficiales. Nunca quiero ser ajeno a quien necesita que lo escuchen, a quien necesita que sea contada su historia sepultada por la des-humanización del ciudadano moderno. No hay arte, ni cultura, ni mucho menos desarrollo, sin inclusión social y sin solidaridad.
Javier Egas Otero