jueves, 10 de noviembre de 2011

Maravillas de Colombia en el exterior... y en el interior




Justo Almario y la Cartagena Caribe Big Band.

Radicado en la ciudad de Los Ángeles desde hace mucho por su trabajo que hoy lo liga al cine de Hollywood y con un recorrido de más de 40 años por las sendas del jazz en Norteamérica, este sucreño es el invitado "colombiano en el exterior" más importante que vino a los escenarios del circuito de jazz 2011. Es un destacado solista de distintos instrumentos de viento como el saxofón y la flauta, cualidad que comparte con muy pocos músicos de alto nivel en el mundo. Tuvimos la gran fortuna de tenerlo en el Teatro Libre de Chapinero, al lado de muchos jóvenes talentosos y otros ya veteranos y conocidos músicos del ámbito nacional, conformando una Big Band de ensueño.

Caminaba aprisa para hacer la fila de entrada cuando vi la figura elegante del maestro Plinio Córdoba. A su lado estaba su compañero de tantas batallas musicales: el maestro Julio Arnedo.
Nos saludamos y tuvimos tiempo para hablar de la salud del maestro Tico Arnedo, triste y angustiosamente para todos, muy enfermo por aquellos días.
En aquel momento no interpreté que Justo también había sido alumno de estos dos pioneros.
No estoy seguro si era expectativa o ansiedad, pero entramos exitados al teatro aquella noche. Cuando se escuchó el tercer llamado, no quedó ni una silla libre.

Sonidos y colores hermosos, llenos de vida, colmaron los sentidos, hicieron vibrar cuerpos y almas y arrebataron frenéticamente las palmas. La fiesta del jazz se prendió con Latin Blue y desde ese instante nos embarcamos en un viaje sonoro que atravesaría el tiempo y los tempos. Exquisitas y magistrales piezas, estándares fundamentales de la esencia de este género que nos remontaron a Louis Amstrong (What a wonderful world), Charlie Parker (Billies Bounce), Henry Mancini (Cheers) y Duke Ellington fueron preparando con elegancia esta gran fiesta jazzera. Los pies, cuerpos y corazones se fueron disponiendo al baile cuando se sirvió el picante sabroso y muy caribeño de piezas latinas de Giovanni Hidalgo (Villa Hidalgo), Ernesto Lecuona (Al fin la vi), Noro Morales (María Cervantes), y Grace Samson-Bobby Woodlen-Mario Bauza (Mambo Inn).
No podía faltar el ingrediente criollo para coronar esta rumba sofocada de alegría, y una explosión patriota estalló a ritmo de la Matilde Lina de Leandro Díaz.
Hasta las pausas fueron bien aprovechadas por el maestro Justo, ya que en ellas recordamos algunos momentos importantes y anécdotas de la historia personal de uno de los mejores músicos de Colombia en la actualidad. Por ejemplo su actuación con la Orquesta de Duke Ellington y con la de Israel "Cachao" López.

Por supuesto hubo un momento especial para remitirnos a la unión artística en la que encaja perfectamente el maestro Almario con su trabajo actual en Los Ángeles: literatura-cine-música. Con el tema Los hijos de Sánchez de Chuck Mangione pudios adentrarnos en ese maravilloso mundo al que nos transporta la magia del cine a través de imágenes, historias y sonidos.*

El maestro Almario nos dejó escuchar sus palabras y notas más sentidas de su Sentimental Mood en homenaje a sus queridos maestros Plinio Córdoba, Julio Arnedo y por supesto también a Duke Ellington.
Iba llegando el final y a la voz de: "otra, otra.." los maestros de esta Tremenda Banda no nos hicieron insistir, porque nos tenían una sorpresita "sabanera" para hacernos llegar a un climax musical delirante al decir adiós con Guayabo y todo. Invitado por el propio Justo, salió al ruedo el pariente Jorge Otero, quien no dejó pasar esta oportunidad para izar con categoría y un despilfarro de alegría, una gloriosa bandera sanmarquera en la cúspide de este pomposo e histórico festival. Mucho talento, mucho sabor y demasiados lujos musicales señores; que no es casualidad, si pensamos bien en la procedencia de este muchacho que es ahijado de otro paisano, el gran Carlos Piña.
Los otros solistas que hicieron retumbar con aplausos este recinto jazístico de la capital, fueron el pianista Ronny Rodríguez, señalado como uno de los más grandes talentos del país por el propio maestro Almario, el gran contrabajista "Papillo" y el gran intérprete de vientos (trompeta y bugle) Milton Suescún.

La impecable y muy animada presentación de esta orquesta nacional de gran formato nos deja como experiencia, un sabor muy grato en la memoria y en el corazón. Si se puede hablar de un concierto perfecto es aquel en el que fluye una sintonía total y entrega absoluta  entre el público y el ofrecimiento musical. Yo se que así fue.

No se si mi profe Ricardo Camacho lo visualiza así, o no, pero yo estoy convencido de que a veces podemos encontrar mucha más virtud y también más profundidad y mayor colorido en los talentos nacionales, que en los afamados invitados internacionales.
Tal vez el profe Ricardo está de acuerdo conmigo porque fue él quien más elogió a Ronny, a Papillo y a Jorge, y lo vi como pocas veces, tan emocionado que habló de gestionar merecidas becas para estos virtuosos muchachos.

La plantilla de esta orquesta de ensueño fue:

Justo Almario (Sincelejo-Sucre) saxofón y flauta.
Jorge Otero (San Marcos-Sucre) saxofón tenor y clarinete.
Jenny Paola Mesa (Fusagasugá-Cundinamarca) saxofón alto.
Nilson Torres (Turbaco-Bolívar) saxofón alto
Alfonso Gómez (Cartagena-Bolívar) saxofón tenor
Ronald Rodríguez (Cartagena-Bolívar) saxofón barítono
Ronny Rodríguez (Cartagena-Bolívar) piano
Adolfredo "Papillo" Arzuza (Cartagena-Bolívar) contrabajo
Edwin Romero Pinto (Cartagena-Bolívar) congas
Juan Solano (Cartagena-Bolívar) timbal
William Álvarez (Cartagena-Bolívar) batería
Milton Suescún (Bucaramanga-Santander) trompeta
Jorge Luis Castilla (Cartagena-Bolívar) trompeta
Nelson Gómez (Manizales-Caldas) trompeta
Bruno Paternina (Toluviejo-Sucre) trompeta
Lina Acosta (Ibagué-Tolima) trombón
Elkin Viloria (Puerto Colombia-Atlántico) trombón
Adolfo Oyaga (Mompox-Bolívar) trombón
Felipe Charri (Barranquilla-Atlántico) trombón
Francisco Pacho Fortich (Cartagena-Bolívar) dirección
John Zamora (Cartagena-Bolívar): manager.

Agradeciemientos especiales al señor John Zamora por su amable información.

Textos, fotos, cámara y edición: Javier Egas.

* Los Hijos de Sánchez es una novela de Oscar Lewis llevada al cine por Hall Barlett con Anthony Quinn, cuyo tema musical central compuesto por Chuck Mangione mereció un premio Grammy.

Para ver más conciertos de música de la buena: